
Río Negro. No quiere decir su nombre pero está cansada. Tras una vida entera luchando por cada cosa que ha conseguido, desde poder ser quien es hasta cómo pone un plato de comida sobre su mesa, hoy la vida la enfrenta al desafío de tener que resistir una pandemia.
Porque si bien el COVID-19 nos puede afectar a todxs por igual, siempre son los grupos ya marginados por la sociedad a los que peor les pega. Y pocxs han sido tan excluidxs de los servicios básicos como las personas trans.
Hoy más que nunca con esto del COVID-19 siento que las travas vamos a ser sobrevivientes. Nuestra mayor (y en muchos casos, única) puerta laboral se cerró, y es con el trabajo sexual que la mayoría de nosotras paga insumos, alquiler y alimentos, así como también medicamentos si nos enfermamos, ya que ninguna cuenta con una obra social.
Ahora bien, el promedio de vida de la población trans es de 35 años, y eso cuando no estábamos en cuarentena. Las pibas ya se nos morían a los 25 y pocas llegan a los 40. Imagínense ahora, porque así ya no podemos seguir.
Escucho que mis compañeras me dicen «ya me cansé de todo esto, ya no me dan ganas de vivir». Siento como la luz dentro de ellas se va apagando de a poco. ¿Y saben qué es lo que está apagando esa luz entre nosotres? La desigualdad, la discriminación, el prejuicio, la violencia institucional y la falta de contención, salud y trabajo.
A mi me atraviesan muchas cosas en mi vida personal y como trava, estoy agotada. 29 años llevo sobreviviendo, 10 con VIH, y desde Agosto del año pasado estoy sin trabajo. Me angustia mucho porque siempre trabajé y trabajé de lo que sea. No soy trabajadora sexual pero respeto a mis compañeras que recurren a ello. Ahora con la cuarentena ni eso podría hacer.
No tengo con qué vivir porque nunca tuve más ahorros que unos pocos pesos. Me anoté para recibir ayuda del Estado pero por cobrar una pensión me rebotaron. Y decí que, por suerte, la cobro porque si no fuese por eso ya no sé qué haría.
El Estado me dijo que con 12 mil pesos puedo vivir y solo de impuestos ya se me van 5 mil.
La verdad, siento bronca, indignación y mucha iría hacia sociedad patriarcal que nos hace llevar una vida sin descanso y solamente a sufrir y ser condenadas a la muerte: por la discriminación, la policía, el VIH, el COVID-19 o el hambre. Mi peor terror son estas estadísticas que nos dan de 35 a 45 años de vida, pienso todo los días cuando salgo en que capaz hoy sea el día que no vuelva.
Mi deseo para este 2020 era que pudiéramos vivir tranquilas, caminar por las calles sin esos ojos que nos devoran y nos juzgan por lo que somos. No quiero ser valiente ni una sobreviviente.
Deseo que podamos envejecer y morir dignamente, porque hoy existimos porque resistimos.
A vos compañerx trans que a veces querés gritar y decir basta, porque no podés seguir viviendo esto. A ustedes, compañerxs y amigxs, les mandamos mucha fuerza. Pueden contar con RAJAP para lo que necesiten.
Si sos trans, vivís con VIH y tenés entre 14 y 30 años: no estás solx. En la RAJAP vas a poder contar con un espacio de pertenencia donde vas a conocer la experiencia de otras personas en tu misma situación.
Somos más de 1000 y todxs estuvimos en tu lugar, escribinos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.