Discriminar es tratar negativamente a una persona o grupo en base a su género, etnia, edad, clase social, origen, religión, posibilidades físicas o mentales, estado serológico, fuente de trabajo, entre muchas otras. La discriminación está frecuentemente basada en la desinformación y el miedo por lo desconocido. A diario enfrentamos discriminación y cargamos un estigma por ser quienes somos, por hacer lo que hacemos y, en nuestro caso específico, por tener VIH.
Una de las cosas más importantes que desalienta la discriminación es que accedamos a los servicios de salud: que recurramos a métodos de prevención de ITS y embarazos no deseados, que nos testeemos para el VIH y conozcamos nuestro estado serológico, que nos acerquemos a los hospitales y centros de salud, que acudamos a la atención y al cuidado que pudiéramos llegar a necesitar; y que podamos ser provistos, llegado el caso, de la opción de tratamiento que más se adecue a nuestras particularidades. En el caso de nuestra Red, la discriminación produce que todxs lxs miembrxs que la constituimos todos los días no podamos habitar sus espacios y disfrutar de los beneficios y responsabilidades que ésta dispone.
Si bien todxs estamos expuestxs todo el tiempo, una infección transmisible como el VIH afecta desproporcionadamente a ciertas poblaciones clave, casos en los que otras desigualdades e inequidades agravan y exacerban el impacto de lo que implica tenerlo: la transmisión vertical, los sectores vulnerados socialmente, las mujeres, las identidades de género diversas, los varones heterosexuales, los adolescentes, lxs trabajadores sexuales, las personas con capacidades diferentes y lxs inmigrantes y refugiados son un ejemplo de ello. Más si este estigma está reforzado por leyes criminalizadoras y barreras estructurales e institucionales que fomentan la violencia y el miedo.
El derecho a la no discriminación implica que todas las personas recibamos un trato digno: que se respete nuestra dignidad humana, autonomía, privacidad y confidencialidad, y que se nos garantice la ausencia de coacción y abuso en igualdad de condiciones.
El Día de la Cero Discriminación es una oportunidad para celebrar el derecho a la diversidad y de todas las personas a vivir una vida plena y productiva con dignidad. Nadie debería ser discriminado debido a su género, identidad de género, raza, edad, capacidad física o mental, origen étnico, nacionalidad, orientación sexual, religión, lengua, condición clínica o cualquier otro motivo.
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