Florencia es una compañera que vive con VIH hace 9 años y tiene dos hijos en edad escolar, acá nos cuenta cómo les contó que vive con el virus y para qué son las pastillas que toma.
Cuando me enteré que estaba embarazada fue chocante, -«¿una piba como yo de 18 años teniendo un bebe? ¿Cómo hago para decirle a mis padres?» Luego vino algo peor: a los 7 meses de embarazo me dan mi diagnóstico positivo de VIH. Se me vino el mundo abajo, ¿cómo hago para contarle esto a mi novio? -«¿Qué hago si me deja? ¿Qué hago si la gente me mira? ¿Qué va a pasar con el bebé que llevo en la panza?»
A medida que fue pasando el tiempo estas preguntas se fueron respondiendo solas, pero había una pregunta que me daba vueltas en la cabeza y por muchísimos años fue la más difícil, tanto que hasta lo consulté con profesionales. Después de 8 años me di cuenta que la respuesta era clara y una de las más fáciles de mi vida. Tengo dos hijos y siempre me pregunté cómo hago para contarles que tengo VIH. Ellos siempre me vieron, me ven, tomar pastillas y cada vez que me preguntaban les decía que eran vitaminas o que cuando sean más grandes les iba a contar. Bueno, ese momento llegó. Estaba nerviosa, pero no tanto como cuando se lo dije a mi marido.
Me había dado cuenta de que ellos lo iban a entender muy fácil porque no tienen los mismos prejuicios que los demás, no saben discriminar, es la inocencia lo más valioso en ellos. Entonces con esto en la cabeza los senté a la mesa y empecé a explicarles:
– ¿Vieron que ustedes se tienen que poner vacunas para no enfermarse? Esas vacunas tienen unos soldaditos que ayudan los otros soldados que tiene el cuerpo para combatir enfermedades. Los soldaditos de mami están un poco debiluchos entonces, entonces necesito esas pastillas para que mis soldados sean más fuertes y puedan luchar contra enfermedades.
Obviamente me preguntaron si me iba a morir y yo les dije que no, que mientras tome las pastillas iba a estar bien y así es como respondí una pregunta que pensé que no iba a poder contestar nunca; les conté a mis hijos lo que necesitaban saber y cuando sean más grandes les diré el resto, pero por ahora me saqué un peso enorme de encima.
A las otras mamis que lean esto les pido: no tengan miedo, nuestros hijos son las personas más inocentes que existen y también las más curiosas. No te sientas obligada a contarle ya, contalo cuando vos te sientas lista y sepas que tus hijos van a entender. A veces ese momento aparece solo, cuando ellos te preguntan, y si ellos te preguntan significa que quieren saber y te van a prestar atención. No tengas miedo porque ellos no te van a juzgar, ellos te van a ayudar así como los míos me ayudan haciéndome acordar que tengo que tomar mis pastillas, aunque me avisen 12 hs más tarde, pero lo que vale es la intención ¿no?
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